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Tras los pasos de Ana Mombiedro

Diseño
Ana Mombiedro, arquitecta, docente y neuropsicóloga después de una de sus clases sobre las implicaciones del sistema nervioso en la percepción del espacio. Fotografía cedida por Ana Mombiedro.

Ana Mombiedro, arquitecta, docente y neuropsicóloga después de una de sus clases sobre las implicaciones del sistema nervioso en la percepción del espacio. Fotografía cedida por Ana Mombiedro.

La arquitectura no se centra únicamente en construir. La relación que tenemos con el espacio que nos rodea nos afecta directamente a nivel neurológico. Queremos aprender más sobre este hecho, y por eso este mes en el blog de Gerflor hemos decidido seguir los pasos de la arquitecta, docente y neuropsicóloga Ana Mombiedro.

Para Ana Mombiedro, “la tarea ética de la arquitectura es cuidar de la salud emocional de sus habitantes”.

Ana tiene un perfil poco común. Es arquitecta y docente de secundaria y universidad formada en neuropsicología y percepción. En su trabajo ofrece respuestas a preguntas relacionadas con el confort sensorial y explica cómo nos influye el entorno en las diferentes etapas de nuestra vida. Desde el 2014 compagina la investigación en neuroarquitectura con la docencia y el diseño de espacios para el aprendizaje. Desarrolla metodologías propias en cada proyecto aunando sus conocimientos en neurociencias, diseño y aprendizaje. Ana ha trabajado en proyectos como Jugar la Luz, expuesto en la Bienal Internacional de Venecia, o el proyecto INTEDU, donde colaboró analizando el impacto que las aulas tienen en las sensaciones y las emociones de los estudiantes. Terminó arquitectura en el 2014, se especializó en neurociencia en 2016, se formó como docente en 2018, y en 2024 obtuvo el Máster en Neuropsicología. En 2022 publicó el primer libro sobre neuroarquitectura en castellano (actualmente en su 5ª impresión), un ensayo de divulgación científica escrito en segunda persona.

Si hay algo determinante en el trabajo de Ana es su visión holística de las personas y cómo lo lleva a la práctica a través del diseño. Trabaja en equipos multidisciplinares llevando la investigación a la práctica.

Sin duda no podíamos dejar pasar la ocasión de preguntar a Ana que papel juega el pavimento no sólo en la arquitectura sino también en la neurología y en los espacios para el aprendizaje.

Gerflor: En tu proceso de diseño, ¿cuándo aparece el pavimento? ¿cuándo y cómo empiezas a pensar sobre él? ¿Qué rol juega en el ámbito de la Neuroarquitectura específicamente?

Ana: Puesto que trabajo fundamentalmente en el diseño de espacios para el aprendizaje, el pavimento entra bastante pronto en el proceso de diseño, porque determina la sensación que acompaña a diario a estudiantes y docentes. Cuidamos mucho no sólo las texturas y los colores sino también su resistencia y capacidad para almacenar y transmitir el calor. Si queremos poner el foco en las implicaciones del pavimento en el sistema nervioso hay que pensar en el impacto que tiene en el equilibro, en las texturas, el sonido… Desde la neuroarquitectura podríamos medir qué modificaciones hay en las constantes neurofisiológicas ante los cambios de pavimento. Esto se hace más patente cuando hay cambios de nivel, sobre todo si el cuerpo no puede calcularlos bien.

G: ¿Qué relación tiene el pavimento con el proyecto de arquitectura o interiorismo global? ¿Alguna vez te has planteado si el pavimento puede ser el centro de un proyecto? 

A: Por supuesto que me lo he planteado. Siento una gran admiración por Dimitris Pikionis y me ha servido de inspiración en varios proyectos donde el juego del pavimento sirve para comunicar al usuario en qué parte del patio se encuentra. Algo que me gustaría hacer, tras leer esta pregunta, es diseñar un proyecto donde el pavimento pueda ser la línea argumental, como si leyésemos el espacio a través de la planta de los pies. Estoy pensando en Can Lis, donde hice una pequeña residencia de investigación. La experiencia de ir descalza por la casa, espacios interiores y exteriores, fue sumamente atractiva.

Ana Mombiedro en clase explicando el papel de la ínsula en el proceso de percepción. Fotografía por Javier de Timoteo.

Ana Mombiedro en clase explicando el papel de la ínsula en el proceso de percepción. Fotografía por Javier de Timoteo.

G: ¿Piensas que la elección de un material adecuado junto con un buen diseño puede conseguir crear espacios evocadores, inspiradores y originales?

A: Lo pienso, pero creo que la evocación auténtica, la sensación de asombro derivada de esta exposición a una realidad sensorial conmovedora, sólo es posible cuando los estímulos sensoriales están en equilibrio con el cuerpo que los experimenta. En otras palabras, al material adecuado y el buen diseño le sumo contar con otros estímulos como la luz, el sonido, el olor, la textura o el paso del tiempo. Todo ello estando en contacto con el cuerpo para logar esa sensación tan buscada.

G:¿Tienes en mente algún proyecto (histórico o contemporáneo) cuyo pavimento os parezca especialmente interesante? ¿O que quizás aporte algo diferenciador al carácter general del proyecto?

A: Pues ya he nombrado a Pikionis, su trabajo en la Acrópolis de Atenas es fabuloso. También Can Lis, de Utzon, que es un espectáculo para los sentidos, pero pocas veces se habla de su contacto con el suelo y la coexistencia del terreno y el pavimento. Y por añadir uno más, Aldo Van Eyck hizo absolutas maravillas casi monomateriales con sus playgrounds. Me gusta pensar que el pavimento es algo que trepa por las pareces y se convierte en envolvente. Al final el todo es más que la suma de sus partes.

G:¿Nos puedes hablar de algún proyecto tuyo cuyo pavimento haya tenido especial relevancia en el proceso de diseño o en la ejecución? (puede ser por cualquier razón: por lo excepcional de sus características o por alguna ‘historia detrás del proyecto’ que queráis compartir. Puede ser también un proyecto de investigación no ejecutado.

A: Hace años, siendo yo estudiante, tuve una conversación con el arquitecto Luis Urculo y me contó un proyecto que estaba haciendo en La Casa Encendida en Madrid donde el pavimento se desgastaría con el paso del tiempo y dejaría ver por dónde había caminado la gente. Me pareció sumamente inspirador y desde entonces he quedado prendida por la pátina del paso del tiempo en el suelo. Creo que es una historia inmejorable y sumamente inspiradora.

G: ¿Cuál sería un pavimento que te gustaría incorporar en tus proyectos, sus características, formas y cualidades?

A: Si me dieran carta blanca definitivamente idearía un pavimento mutante, que cambiase así como cambia nuestro cuerpo a lo largo del día y que facilite sensaciones de confort tanto fisiológico como sensorial y cognitivo. Cristalizando esta idea, mi pavimento soñado sería uno que cambiase de temperatura de acuerdo con las necesidades del cuerpo. Si tengo frío que caliente y si tengo calor, que enfríe. Y como siempre estoy dispuesta a soñar, que si es de día tenga diferentes texturas para guiarme y si es de noche se ilumine.

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